El día era lluvioso y desapacible y quizá por ello me dejé convencer por mi chica para ir a visitar a su hermana mayor, aun a pesar de padecer de una alergia congénita (y aguda) a las visitas familiares. No hubiera imaginado en aquel instante, recién levantado de una breve siesta, los morbosos placeres que me iba a deparar aquella tarde ventosa (...)
Así comienza 'Tarde de momentos morbosos'
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario